Hay discos que, casi sin darte cuenta, cuando los escuchas no puedes dejar de prestarles atención. Y Restraint (2004), segundo disco del trío británico Arco, se erige como un perfecto ejemplo de álbum salido de la nada preparado para dejar huella al oído del oyente.
Una de las claves de Arco es su falta de pretensiones. Así, Restraint es sinónimo de sencillez, amabilidad y sinceridad. Una propuesta que proviene del denominado "slowcore" totalmente honesta, con ambientes hechos de detalles minimalistas y preciosistas. Todos los ingredientes de este género (que parece haber encontrado al fin un lugar y un público fiel), están presentes en Restraint: armonías perfectas, contrapuestas con continuas tensiones, crescendos infinitos y una voz susurrada que, sin ser espectacular, goza de una personalidad suficiente como para poder transmitir y emocionar en cada melodía. Pero, ante todo, en el segundo disco de Arco encontramos canciones originales que demuestran una fuerza y una complejidad frecuentemente escondida: "Diary", "Stream", "Perfect World", "Silent Wonder", "Meant", "Somehow"... Hasta un total de 11 piezas destinadas a sorprender al oyente.
Hay quien encontrará en Restraint un pequeño tesoro, ya sea por lo desgraciadamente desconocidos que son Arco en nuestro país, por sus paisajes oníricos, o por su corta - pero justa - duración (menos de 40 minutos). Un pequeño oasis. Un tesoro que vale la pena descubrir.
Diary
Perfect World
Somehow