sábado, 31 de marzo de 2012

The Black Seeds: Dust and Dirt

Hasta hace pocos días desconocía por completo la existencia de The Black Seeds (no confundir con los Bad Seeds que acompañan a Nick Cave), banda de Nueva Zelanda que se dedica esencialmente al reggae y al que le añade ingredientes del funk, del rock y de lo que haga falta. Ocho músicos superdotados que se divierten y nos divierten explorando las raíces de la black music y que no deberían pasar desapercibidos en ningún lugar del mundo.

Quien avisa no es traidor: escuchar Dust and Dirt (2012), su ya cuarto disco de estudio, puede provocar adicción. Y no me refiero a la hierba -que también-, sino a querer escuchar sin parar canciones como "Dust and Dirt", "Pippy Pip" o "Settle Down". Pero podéis estar tranquilos: este tipo de droga os animará sin perjudicar vuestra salud. De hecho, es un tratamiento ideal para estos días y además no cuesta el euro por receta.

Una de las características más destacadas de The Black Seeds es su enorme catálogo de recursos y su capacidad para explotarlos en cada una de sus canciones. Las progresiones armónicas son perfectas, la mezcla de géneros es apabullante a la vez que delicada (¿cómo podríamos definir piezas instrumentales como "Loose Cartilage"? Ni idea) y a nivel musical encontraremos detalles para casi todos los gustos. ¿Te gusta el reggae en su versión más auténtica? "The Bend" es tu tema. ¿Prefieres el lo-fi? También hay algo de eso en "Out of Lite". ¿Te moló Trombone Shorty? Pues en Dust and Dirt tienes "Rusted Story". Ah, ¿que lo tuyo es el funky? Ya me dirás qué te parece "Don't Turn Around".

Aquí dejo el divertido clip de la mencionada "Pippy Pip", primer single de Dust and Dirt, y un interesante making of del álbum (dividido en tres partes). Larga vida a The Black Seeds, necesitamos grupos tan genuinos como ellos en el cada vez más artificial mundo musical.









Puedes escuchar Dust and Dirt de The Black Seeds en Spotify.

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