lunes, 14 de diciembre de 2009

2000-2009: La banda sonora de una década (III)

Fotos de la década de la Agencia Reuters: El Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, mira a través de un par de binoculares con las tapas de las lentes aún puestas. REUTERS / Nir Elias

Capítulo 2. Nuevas visiones del rock.

En 1999, el cuarteto islandés Sigur Rós publicó su segundo disco, titulado Ágætis byrjun ("Un buen comienzo"), que, efectivamente, supuso el inicio perfecto para la repercusión a escala mundial del post-rock, un estilo musical originado a mediados de los 90. Bajo esta confusa etiqueta se han llegado a clasificar grupos y artistas tan dispares como Isis y Karate, que, aunque ciertamente no tienen demasiado que ver entre ellos, sí que comparten una característica en común: la voluntad de experimentar con el rock, incorporándole elementos propios de otros géneros y buscando nuevos lenguajes y vías de expresión. La década 2000-2009 ha visto que, con frecuencia, las estructuras rígidas del rock más tradicional se han ido diluyendo para dar paso a propuestas cada vez más inclasificables.

Entre ellas, se encuentran las llevadas a cabo por bandas como Mogwai o Explosions in the Sky, que continuamente juegan con el límite y la contraposición de emociones a partir de paisajes oníricos y potentes melodías instrumentales. Tal vez la mejor muestra de esta ramificación del post-rock la encontramos en el demasiado olvidado Yanqui U.X.O. (2002), compuesto por los canadienses Godspeed You! Black Emperor y producido por uno de los gurús del género, Steve Albini. También los americanos Gregor Samsa y su 55:12 (2006), y los ingleses Yndi Halda con Enjoy Eternal Bliss (2007), han aportado su particular grano de arena a la visión más ensoñadora del rock. Sin embargo, y lamentablemente, parece que tan sólo Sigur Rós - que día a día van incrementando su legión de fans sin perder ni un ápice de honestidad - han podido llegar al final de la década manteniendo el nivel, acercándose cada vez más al pop y entregando obras tan espectaculares como la película Heima (2007) o los discos Takk... (2005) y Með suð í eyrum við spilum endalaust (2008).

Por otra parte, el post-rock también ha ido absorbiendo sonoridades jazzísticas, de las que ha heredado la improvisación y la capacidad de sorprender. En nuestro país tenemos un ejemplo excelente, los barceloneses 12twelve, que gracias a Speritismo (2003) y L'univers (2006) se han ganado un merecido reconocimiento nacional e internacional. Los norteamericanos Karate, la banda más significativa del "jazz-post-rock", también han publicado dos discos indispensables para los amantes del género: Some Boots (2002) y Pockets (2004), en los que dan rienda suelta a su virtuosidad al mismo tiempo que desarrollan melodías y estribillos de una sencillez extraordinaria.

No se puede acabar un repaso por las nuevas visiones del rock sin mencionar a Lisabö, Battles y Isis, tres de los grupos más contundentes de los últimos años y, posiblemente, los que han llevado más lejos la unión entre experimentación y hardcore. De los vascos Lisabö, destaca especialmente el sobresaliente y abrumador Ezlekuak (2007), mientras que Battles y su debut Mirrored (2007) hipnotizan con sus angustiosas capas de sonido y sus constantes cambios de ritmo. De Isis, sólo cabe decir que son los responsables de dos de los mejores álbumes de la década: Oceanic (2002) y In the Absence of Truth (2007).

Con todo, no hay indicios claros sobre cuáles van a ser los próximos pasos del rock. Lo que sí que parece evidente es que cada día hay más artistas a los que no les sirven sus rígidas (y quizás anticuadas) estructuras para expresarse.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

!Clap clap clap! !Aplausos y más aplausos!
Molt bona aquesta historia de la música per capítols I molt ben triades les fotos que les acompanyen.
Un besico y ens veiem aviat.
Podríem quedar un migdia a fer un cythawin, ara que tenim els curros a prop.

Jordi Iglesias Sayol dijo...

Moltes gràcies pels aplaudiments! :)

Sí, un dia quedem per fer un cythawin, encara que haurà de ser quan plegui per la tarda, perquè només tinc una hora per dinar i potser és una mica just.

O millor, un dia i dinem junts com bons cosinets, no?

Una abraçada!

19ymedio dijo...

Sí, jo també tinc només una hora per dinar, però podem quedar igualment a fer un sketi, i encara ens sobraran 23 minuts! (a tu potser un parell de minuts més, que encara ets jove)