La colaboración entre el prolífico y genial productor Danger Mouse y la cantante-actriz Norah Jones sigue dando excelentes resultados. Un año después de esa magnífica banda sonora para una película inexistente, titulada Rome (cuya canción "Black" fue seleccionada en la lista de los 40 Principales de 2011), los dos artistas han decidido unirse otra vez para deleitarnos con un álbum de sonido impecable, melodías muy pop y canciones sobre el amor y el desamor de una calidad increíble.
Sí, sí. Has leído bien. Parece imposible, pero todavía se puede hacer pop, cantarle al amor y no salir malparado. Little Broken Hearts (2012) contiene 12 piezas que lo demuestran. Tirando de recursos clásicos, propios de las composiciones de los 60 y 70, y revisándolos con las posibilidades técnicas actuales, el álbum entero desprende las dosis justas de elegancia, sofisticación y buen gusto: el sonido diáfano del bajo -tan característico en las producciones de Danger Mouse-, los ritmos simplificados a su mínima expresión, los teclados brillantes y la suave voz de Jones, que lo llena todo con una personalidad atemporal y encantadora.
Si eres uno de los escépticos (que seguro que los hay tratándose de Norah), te recomiendo dos cosas. Uno: que no empieces a escuchar Little Broken Hearts por "Miriam", ya que los ecos de Florence and the Machine o Adele te pueden echar fácilmente para atrás. Dos: que escuches "Happy Pills", el primer single del disco. Si no quedas prendado de esa melodía y letra tragicómicas, de ese ritmo contagioso y de esa voz tierna y agridulce, poco hay que hacer. También puedes probar con "Say Goodbye", que podría formar parte sin problemas de Rome, y que es muy probablemente la mejor canción de la carrera de la cantante. Personalmente, no obstante, me quedo con el tema que le da nombre al disco. Y es que no puedo resistirme a ese ambiente oscuro, a esa sensualidad y a ese maravilloso aire de venganza que se respira en toda la canción.
Danger Mouse y Norah Jones parecen sentirse cómodos, libres y entenderse realmente bien, cada uno en su parte. El aclamado productor aporta ese sonido que tan solo él es capaz de ofrecer hoy por hoy, mientras que Norah se ha desmelenado más que nunca, tal y como vemos en la portada del disco. Una portada que, por cierto, reúne y resume a la perfección todas estas líneas que has leído: es 100% pop, es atrevida en su justa medida y desprende un aire clásico pero es totalmente moderna. Es Little Broken Hearts.
Sí, sí. Has leído bien. Parece imposible, pero todavía se puede hacer pop, cantarle al amor y no salir malparado. Little Broken Hearts (2012) contiene 12 piezas que lo demuestran. Tirando de recursos clásicos, propios de las composiciones de los 60 y 70, y revisándolos con las posibilidades técnicas actuales, el álbum entero desprende las dosis justas de elegancia, sofisticación y buen gusto: el sonido diáfano del bajo -tan característico en las producciones de Danger Mouse-, los ritmos simplificados a su mínima expresión, los teclados brillantes y la suave voz de Jones, que lo llena todo con una personalidad atemporal y encantadora.
Si eres uno de los escépticos (que seguro que los hay tratándose de Norah), te recomiendo dos cosas. Uno: que no empieces a escuchar Little Broken Hearts por "Miriam", ya que los ecos de Florence and the Machine o Adele te pueden echar fácilmente para atrás. Dos: que escuches "Happy Pills", el primer single del disco. Si no quedas prendado de esa melodía y letra tragicómicas, de ese ritmo contagioso y de esa voz tierna y agridulce, poco hay que hacer. También puedes probar con "Say Goodbye", que podría formar parte sin problemas de Rome, y que es muy probablemente la mejor canción de la carrera de la cantante. Personalmente, no obstante, me quedo con el tema que le da nombre al disco. Y es que no puedo resistirme a ese ambiente oscuro, a esa sensualidad y a ese maravilloso aire de venganza que se respira en toda la canción.
Danger Mouse y Norah Jones parecen sentirse cómodos, libres y entenderse realmente bien, cada uno en su parte. El aclamado productor aporta ese sonido que tan solo él es capaz de ofrecer hoy por hoy, mientras que Norah se ha desmelenado más que nunca, tal y como vemos en la portada del disco. Una portada que, por cierto, reúne y resume a la perfección todas estas líneas que has leído: es 100% pop, es atrevida en su justa medida y desprende un aire clásico pero es totalmente moderna. Es Little Broken Hearts.
2 comentarios:
De les millors crítiques que he llegit en aquest blog! Suposo que per això els entesos diuen que el whisky añejo és tan i tan bo :)
Guo! Gràcies pels elogis, encara que si parlem d'añejo, Holga, crec que tu em guanyes ;)
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