Contracrítica: Infinite Arms, de Band Of Horses

Aún recuerdo la agridulce sensación general ante el tercer disco de Band Of Horses, Infinite Arms (2010). La palabra "decepción", en mayor o menor medida, estaba presente en boca de muchos, mientras otros lo recibieron con el entusiasmo mostrado en las dos entregas anteriores del cuarteto de Seattle. Una disparidad de opiniones que, como no podía ser de otra manera, también quedó reflejada en los medios especializados: 5,3 en Pitchfork, 6,0 en Hipersónica, 3,5/5 en Mondosonoro, 4/5 en Allmusic, 8 en NME o una valoración muy positiva en Uncut, por poner algunos ejemplos.

Por mi parte, cada vez tengo menos dudas. Solo con darle el play a Infinite Arms y escuchar la emocionante melodía inicial de "Factory", puedo afirmar que se trata de un disco magnífico y, muy probablemente, el más completo de Band Of Horses. En él, muestran todo su repertorio de estilos y lo juegan con la madurez de una banda que conoce sus mejores cartas. Desde el rock country de "Compliments" hasta la preciosista -y preciosa- "On My Way Back Home", este álbum destila calidad en todas sus composiciones.

La imagen de la portada resume, en cierta medida, el sonido que nos encontramos en Infinite Arms: oscuro y nocturno, pero también brillante e inspirador. Hay, como de costumbre, multitud de referencias al rock americano de raíces clásicas ("Blue Beard", "Older"), así como rápidos ritmos que pueden coger desprevenido al oyente poco acostumbrado a las sorpresas ("NW Apt."). Evidentemente, también se guardan ases en la manga en forma de potenciales singles ("Laredo" o la ya citada "Compliments").

No obstante, si por algo destaca Infinite Arms es por su espectacular parte vocal, liderada por un sobresaliente Benjamin Bridwell, al que acompañan los demás miembros de la formación. Un auténtico ejercicio armónico y coral, que ya se intuía en los recomendables Everything All The Time (2006) y Cease To Begin (2007), pero que en el último álbum de Band Of Horses sienta precedente y nos acaba de confirmar su incalculable valor.









Puedes escuchar Infinite Arms de Band Of Horses en Spotify.